El clero regular está constituido por los sacerdotes que viven en conventos y que componen las distintas órdenes religiosas.
La jerarquía eclesiástica se compone, en sentido estricto, de sólo tres grados. El primero es el Papa, el segundo es el Obispo y el tercero el Párroco. Estos constituyen propiamente la jerarquía de jurisdicción dentro de la Iglesia. Sin embargo, con su espíritu profundamente matizado, la Iglesia creó otros varios grados. Pero la relación existente entre los elementos pertenecientes a aquellos otros diversos grados - tales como Patriarcas y Cardenales, Arzobispos y Obispos - es tan solo un primado honorífico, que se expresa en cierto liderazgo pero no en una jurisdicción. En ciertas situaciones son los portavoces naturales y no apenas un primado de honra. Esto es sumamente matizado. Pero no hay un modo propiamente dicho, y sí una preeminencia de honra, que se traduce en una especie de representación natural, en ciertas emergencias. Por ejemplo, en el derecho de convocar reuniones.
Estos matices honoríficos son los que el pueblo ve. Para la óptica del pueblo, y considerando cierta jerarquía que está por detrás de esa escala honorífica, podemos decir que la jerarquía se compone de:
El Patriarca es un género de Arzobispo importantísimo, designado para la dirección o el liderazgo de la Iglesia en cierto grupo de países, en forma mas o menos simbólica en algunos lugares, muy real en las Iglesias Católicas de rito oriental, y, durante determinado período, también en la Edad Media. El Primado es titular de la sede más antigua de una nación. El Arzobispo de Buenos Aires, es el Primado de la Argentina por haber sido ésta la primera ciudad de nuestro país que tuvo Obispo. La palabra "primacía" expresa un "primado", un primer lugar en relación a todos los demás Arzobispos del país.
Los canónigos, finalmente, constituyen algo semejante a un senado del Obispo.
Analicemos a hora el clero regular. Las organizaciones de las órdenes religiosas varían, pero si se toma la organización de tos Benedictinos de Cluny, la de los Dominicanos y la de los Franciscanos -órdenes eminentemente medievales de las más importantes- puede decirse que ellas se esquematizan, a grandes rasgos, como los Jesuitas de hoy en día. Existe el General de la Orden, el Provincial, los superiores de las casas, los simples sacerdotes y los hermanos laicos.
En este punto, y volviendo al gráfico anterior, deben considerarse también las diversas jerarquías que se interpenetran. No en todas las Ordenes el General tiene una autoridad efectiva; en algunas tiene sólo un primado; en otras, como la de los Jesuitas -que por otra parte no es una orden medieval- el General tiene una autoridad absoluta. Ello es así también entre los Franciscanos y los Dominicos.
Ordenadas así, en una sola visión de conjunto la jurisdicción y las honras, se obtiene el esquema dado.
domingo, 13 de noviembre de 2011
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Reformas Borbonicas
Las 'Reformas Borbónicas' fueron los cambios introducidos por los monarcas de la dinastía borbónica de la Corona Española: Felipe V, Fernando VI y, especialmente Carlos III; durante el siglo XVIII, en materias económicas, políticas y administrativas, aplicadas en el territorio peninsular y en sus posesiones ultramarinas en América y las Filipinas.
Estas reformas de la dinastía borbónica estaban inspiradas en la Ilustración
y, sobre todo, se enmarcan dentro del nuevo poder de las elites locales
y aumentar el control directo de la burocracia imperial sobre la vida
económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y
sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación
aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento
generado entre las elites criollas locales aceleró el proceso de
emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones
americanas en las primeras décadas del siglo XIX.
Nueva España 5-XVIII
El siglo comenzó con el advenimiento de la Casa de Borbón al trono español, llevando a Felipe V como primer rey de los Borbones españoles. La Guerra de Sucesión Española, derivada del nombramiento del duque de Anjou como heredero a la corona, estalló en España y Europa. En 1713 la Paz de Utrecht puso fin al conflicto, pero obligó a España a ceder Gibraltar a la corona británica. Felipe V abdicó en 1724 en favor de su hijo Luis I, quien murió en agosto del mismo año. El rey debió regresar al trono hasta su muerte en 1746, siendo sucedido por su hijo Fernando VI, quien murió sin descendencia en 1759 y como rey fue proclamado su hermano Carlos III. Este rey ejecutaría las reformas propias del Despotismo ilustrado, que gran efecto tuvieron en Nueva España
Escudo de Felipe V de España, primer rey proveniente de la Casa de Borbón francesa y nieto de Luis XIV de Francia.
Arte de la Evangelización de la Nueva España
La evangelización en la Nueva España, también llamada por Robert Ricard conquista espiritual, fue un proceso que implicó mediante la enseñanza obligatoria de la religión católica en los territorios de la Nueva España, la transmisión de la cultura occidental. La religión católica fue un elemento clave en la expansión del Imperio español y punto fundamental en su desarrollo posterior al ser la Iglesia Católica un aliado político de los españoles y los conquistadores, quienes justificaron en todo momento sus acciones expansivas en el derecho divino y la enseñanza de la fe católica para los infieles.
Los pueblos indígenas fueron en principio hostiles a la nueva doctrina y muchos de ellos se negaron a aceptar la religión católica como única oficial. Los frailes se encargaron de la labor evangelizadora y educativa, en esta tarea destruyeron vestigios de su antigua cultura. A la vez, integraron valores del México prehispánico.
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